La carrera de Jesús Aguilar, como pelotero profesional, podría compararse con un guión digno de Hollywood. Desde sus primeros pasos en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), con Leones del Caracas, ha sido una montaña rusa. De igual manera, desde su llegada a las mayores, en 2014, con Indios de Cleveland, apenas pudo demostrar de qué está hecho y qué puede brindar dentro de un terreno de juego.
Hoy, la historia es otra para el corpulento inicialista de los Cerveceros de Milwaukee. Al propio estilo de una película, Aguilar está viviendo un sueño en esta temporada 2018, al dejar números envidiables durante la primera mitad del campeonato.
Gracias a su poder y buena defensa, el oriundo de Maracay (Aragua) ha cargado con los lupulosos y al ser co-líder en jonrones del viejo circuito, con 23, y tercero en carreras impulsadas, con 64, se coló entre los candidatos finales para asistir al Juego de Estrellas.
“Estoy muy contento por todo esto que me está pasando”, destacó el criollo. “Simplemente salgo a dar un buen espectáculo allá afuera y gracias a Dios se me ha dado la oportunidad en Milwaukee para demostrar quién es Jesús Aguilar”.
Y es que desde un principio, Aguilar ha tenido que luchar para ganarse su puesto y ser el protagonista de su propia película. En la temporada 2011-2012, en medio de una buena racha con Leones del Caracas fue bajado a la Liga Paralela inexplicablemente por el entonces mánager, Tim Teufell y luego siendo miembro de Cleveland, apenas vio acción en 35 juegos durante tres temporadas. Sin embargo eso nunca detuvo a este muchacho de 28 años de edad.
“Es lo que me ha tocado. Batallar para ganarme las cosas. Eso es algo que le contaré a futuro a mi hijo porque me considero un luchador y nada me lo han regalado en este deporte”, acotó Aguilar. “Con Cleveland, los números estaban ahí pero siempre había un pretexto, sin embargo, le agradezco mucho a los Indios por hacerme fuerte mentalmente”.
Recogiendo los frutos
Para Jesús Aguilar, todo el sacrificio en su carrera profesional es lo que lo ha traído hasta este punto. En apenas su segundo año en Milwaukee ha dejado claro que es el nuevo bateador de poder de la franquicia y, más aún, de la Liga Nacional por lo que ha sido selecto para el último voto y así representar al viejo circuito en el Juego de Estrellas 2018.
“(Todo esto) es una bendición”, resalta. “Lo estoy aprovechando al máximo. Dios me está recompensando por todo el sacrificio que he hecho desde 2014. Incluso, este mismo año tuve que batallar para llegar hasta aquí y simplemente lo estoy disfrutando, al igual que mi familia. Solo queda seguir trabajando y poner buenos números”.
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