Los orientales tuvieron por primera vez en cancha al centro Garret Siler, quien llegó para fortalecer la pintura de los dirigidos por Fernando Duró, pero el inicio no fue el que esperaba el coach.
Aunque Marinos nunca estuvo abajo en el marcador por diferencias amplias, el argentino cambió a Siler por Jesús Urbina temprano en el partido y probó varias alineaciones en las que José Vargas jugó como piloto, el alero Juan Herrera llegó a ser el centro del equipo y Oscar Torres jugó en el puesto cuatro en una clara muestra de la disposición del equipo de hacer el trabajo que se le solicitase sobre la cancha.
Marinos se fue el descanso con una ventaja de cuatro unidades y en el tercero, lapso que terminó 31-23, marcaron la diferencia gracias a una alineación baja en la cual el piloto Grégory Vargas, quien anotó con 22 puntos en el juego, fue el motor de la ofensiva.
“Gracias a Dios el coach me ha dado una confianza increíble y sabiendo que tenemos la ausencia de un piloto suplente natural, tenía claro que iba a jugar muchos minutos. Mi hermano (José Vargas) ha hecho un gran trabajo, puedo jugar desde la uno a la cinco y como piloto lo ha hecho bien”, señaló el base.
“Hoy la clave fue no dejar que el público se involucrara y le diera ánimos a Bucaneros, cuando ellos se acercaban, íbamos con un canasto para bajar su intensidad”, prosiguió Grégory.
Por su parte, el coach Duró destacó el trabajo de los suyos en la jornada: “Por momentos hicimos el trabajo y alcanzó. Me parece que tenemos que hacerlo mejor mañana para volver a ganar, así que estamos yendo partido a partido, tenemos una ruta de cuatro partidos duros. Es un primer paso importante para el reto tan duro que viene”.
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